miércoles, 19 de octubre de 2011

PEDALS DE FOC: DAYTWO


La noche anterior habíamos quedado en salir muy temprano. No queríamos que nos pasara lo del primer día, con las prisas y toda la pesca. Porque claro, esa segunda etapa además era la más larga y dura de lejos. Debíamos intentar llevar a cabo los consejos de la gente que sabía y que el primer día NO habíamos cumplido ni de cerca.  


Estos consejos eran aparentemente sencillos:

a) Salir temprano. Primer día 10:30!!
b) No parar a comer: Primer día paradita a comer como señores, claro que si!
c) Tomar cosas pero hacer un ritmo constante.. Y parar lo menos posible. Paradas continuas, fotos, descansos y averías varias…


Así que el primer día hicimos una media guay de 10 km/h sobre la bici y si contamos el tiempo total la media fue de 7 km/h. Lamentable.

Tras un copioso desayuno y un servicio inmejorable, nos pusimos sobre la bici a las 9:20! Entre pitos y flautas, que si hinchamos las ruedas, ajustamos las bicis y demás. Meto prisa pero somos muchos. "Chavales, que es el día más jodido con el mítico Triador! Y son 90 kilómetros…"

Empezamos a rodar y muy pronto, antes de que nos pudiésemos dar cuenta, nos cruzamos con la primera ascensión.

2.1. Puerto uno. Cómo estarán las piernas?

Una subida bastante larga, dura pero accesible. Los músculos se comportan bien a pesar del esfuerzo del día anterior. Subimos y subimos y empezamos a pasar por terrenos muy complicados. Seguir el roadbook, aka "el libro de los c*jones", resulta casi imposible. Nos perdemos de nuevo hasta que entendemos por donde seguir. Tramos muy, muy técnicos tanto de subida como de bajada. "En serio que es por aquí?" Pasamos más y más "tramos muy técnicos" según el libro para llegar al primer punto de control del día, el hotel Montseny. No es demasiado tarde y nos quedan 70 kilómetros pero claro, somos unos tíos grandes y nos merecemos unos bocadillos. Insisto en que no paremos pero es imposible. Otra hora perdida y unos bocadillos que, tras mucho suplicar que nos los hicieran, no estaban ni de lejos al nivel de los del día anterior. Además, unos tipos de la mesa de al lado nos cuentan que Alonso, por fin, ha ganado una carrera. Os prometo que esa noche viendo las últimas vueltas en diferido estaba flipando al pensar en como Button se habría estrellado o quedado sin gasolina al final de la carrera. Pues no, ganó Button y mi careto era tan de sorpresa que tuve que comprobarlo en Marca.com. Que no, que ganó Button…

2.2. El mitquísimo COLL DEL TRIADOR!

Pues a lo que íbamos, tras esa parada infinita nos ponemos en marcha, ya con bastante buen tiempo, hacia los 12 interminables kilómetros del Triador. Aquí ya se ven los grupetes molones. En cabeza Gus, luego Gus, luego Gus. Jimmy le sigue también, cuando Gus quiere. Detrás subimos Azqueta y yo que, por primera vez en mi carrera pseudo deportiva, notó molestias en mi rodilla derecha. Subimos como podemos. Algunos se paran. Nos bajamos de la bici en alguna ocasión para descansar unos instantes o por dolores, pero no, esa no es la filosofía. Se exige un ritmo constante. Por grupos, de manera casi agónica llegamos arriba. Prueba superada… No lo creo…

Las cosas como son y lo que es justo, es justo... El claro dominador de la ascensión más temible: Guser. 


Azqueta y servidor, el equipo Cube unido hasta el final...


Algunos que van de modelos. Bruno mordiendo carrillo cual Mario Vaquerizo!


Ese equipo!!


Vaya tío más guaperas... Y muy bien equipado! Y si, yo también muerdo carrillo, no quiero ser menos...


Y esto es el fruto de nuestro esfuerzo... Vaya subida, prima!



Disfrutamos del paisaje y de las infinitas zetas que acabábamos de subir. Abajo, el pueblo de donde partimos. Sin embargo, tenemos que seguir. Ya me lo habían advertido, quedaba toda la cuerda larga que suponían otros 12 interminables kilómetros. El ritmo es bueno pero las vistas, el disfrute y el cansancio nos pueden. Nos paramos de vez en cuando y la cosa parece que se va a complicar. El punto de llegada teórico para todo el mundo es Espot y vemos en unos carteles lo que nos falta, que no es mucho acostumbrados como estamos a esas distancias. Sin embargo, aunque la tarde es agradable y queda mucha luz nosotros no vamos ahí. Vamos 20 kms más lejos. Empiezo a no estar seguro si llegaremos...

Después de terminar la cuerda, que se hace bastante dura y en la que Gus aprovechó para levantarnos las pegatinas de la bici (ya nos advirtió que el segundo día iba a estar realmente en forma ¿?), llegamos al techo de La Pedals: 2.268 metros. En ese punto empezamos el descenso y tenemos por fin una buena bajada dónde hacemos muchos kilómetros. En un punto del camino, tomamos agua de la fuente del refugio Quatre Pins porque estábamos secos!

Y es que la temperatura había ido en ascenso desde el inicio de nuestra aventura. Una tremenda suerte en este prolongado verano de San Miguel (o Indian summer que dicen los americanos). Esto último reconozco que me ha quedado bastante redichete pero hay que incluir algún apunte cultural en el relato.

Seguimos bajando a buen ritmo en formación y llegamos al ansiado sello en ESPOT. La mujer del hotel, al comentarle donde íbamos a dormir, nos dice que lo tenemos bien complicado. Nos quedaban 45 minutos al menos hasta el siguiente punto de control, y una hora y media de luz máximo.

Además, nos encontramos con una ascensión infernal por en medio y tenemos que tirar por la carretera y por caminos siguiendo el roadbook del diablo. Gus, Jimmy y yo decidimos coger un sendero, que está claro que nos lleva al mismo sitio porque nuestro check-point siguiente está abajo, lo podemos ver. Sin embargo es tarde, el sendero se difumina y nos perdemos. Qué clásico de nuestras excursiones y encima se hace de noche. Jimmy sube a la carretera y nos cruzamos con Bruno y Azqueta que nos rescatan. Tiramos para abajo y llegamos a SON.

El pueblo es precioso y aprovechamos para sacar alguna foto. Estamos en el punto kilométrico 150 pero aún nos quedan 12 kilómetros por el espectacular parque natural Bosque de Gerdar, que era de las cosas que más nos apetecían. Sin embargo ya es de noche casi cerrada. De hecho el checkpoint no estaba ni abierto y nos han dejado el sello preparado en una caja fuera. Firmamos los roadbooks y, tras un momento de incertidumbre en el que pensábamos que no había camino directo, vemos que si y decidimos bajar a dormir directamente por la carretera. Había que sacrificar algo, qué podíamos hacer! Y es que esta segunda etapa, con más de 90 kilómetros y el Triador entre medias era absolutamente inviable con los días tan cortos.

Bajamos por la carretera unos 4 kms y llegamos al hotel tras más de 12 horas sobre la bici. Misión cumplida? A medias….

Nos duchamos y cenamos muy bien como siempre. Bastante cantidad y como siempre la calidad que acostumbra esa región. El servicio, además, inmejorable.
La sensación era de cansancio pero también de que la aventura ya tocaba a su fin y que quedaba la última etapa que, por el hecho de haber hecho 20 kms de más el segundo día, se quedaba en casi nada y mucho de bajada. Sin embargo, tras cenar, el del hotel nos propuso subirnos en una furgoneta a Son (los 4 kms por carretera) para que hiciésemos el parque natural. Tras algunas dudas decidimos que sería una locura perdérnoslo y además así alargaríamos un poco la última etapa.


Toque de queda tempranito, había mucho que hacer al día siguiente.

(Continuará…)

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