lunes, 23 de abril de 2012

"The TRIlogy. Part II… During the IM" por Guser

Siento la extension, cuasi equiparable al IM, pero como las buenas series, me veo obligado a extenderlo sin sentido en una segunda entrega no contemplada inicialmente para dilapidar el éxito de la primera.

Angustia. La primera sensación es de angustia. Acabo de lanzarme al agua como si se tratara de una competición de 100m y mi máxima preocupación es no ser arrollado por la ingente masa de atunes que me preceden. Trato de buscar casi desesperadamente una buena posición, pero los brazos apenas alcanzan agua y siempre se topan con algún neopreno, gorro, piernas, etc… Trato de no entorpecer, de no hacer daño a nadie y en cambio no dejo de recibir talonazos, codazos, gente que me pasa literalmente por encima, e incluso en direcciones diferentes ¿?. Me preocupa que un golpe fuerte en la cara me deje fuera de la competición tan pronto y solo deseo que pase esa fase inicial para nadar más cómodo. Quizás todos tengan la misma buena voluntad, pero me cuesta creer que aquel que me acaba de agarrar de la pierna, ese que me ha dado 7 manotazos seguidos, o el de más allá al que irremediablemente me he acercado y ha intensificado las patadas teniendo mi cara debajo, guarde buenas intenciones.

Pero en el Ironman rara vez encuentras agua limpia y soy consciente porque lo he vivido antes. En algún tramo me encuentro más cómodo y consigo nadar, pero generalmente resulta complicado seguir los pies de alguien y adecuarte a su ritmo, que sería lo óptimo. Cada vez que llego a una boya, la situación vuelve a ser crítica y se repiten las montoneras iniciales incluso llegando a pararte, por no mencionar los litros de agua que ingieres. Por todo ello, realmente no se llega a disfrutar demasiado de la natación. 

A medida que vas avanzando y los cálculos mentales te dictan que el final está próximo, empiezas a notar la fatiga en los hombros, las molestias en el cuello…. Ya empiezo a estar harto. Quiero que empiece la parte que marcará mi Ironman, la bici. No tengo ninguna información de tiempos y no alcanzo a ver mi reloj, que realmente me aportaría poco. ¿Estaré haciendo un buen tiempo? Imposible saberlo… Me he desviado trescientas veces, con seguridad he perdido mucho tiempo haciendo eses para esquivar gente y he pasado un tiempo importante tratando salir de la red de atunes. Pero sobretodo, sin la información a la que estamos acostumbrados de pulsaciones en relación al esfuerzo, gps y demás, no puedo hacerme una idea de si me he acomodado, he forzado, o que narices he hecho.

Ya veo el final… dicen que es bueno dar patada en los últimos 50m para reactivar las piernas y que circule la sangre. Aprieto un poco y ya antes de salir del agua, he olvidado la “angustia” vivida y estoy pensando en la transición.

Es curioso, no siento nada extraño, pero en cuanto voy a salir del agua noto mareo y desorientación. No me importa y no voy a dedicarle un segundo a esta nimiedad. El tiempo según lo esperado. Bien hecho, ya me he quitado un tercio de la prueba y eso mentalmente es importante. Salgo corriendo y todos me entorpecen. Entiendo que el Ironman es muy largo, pero también es una competición y yo no me sentiría cómodo andando pudiendo correr. Ya andaré en el maratón si no queda más remedio! Busco la cara de Sandra, cuyo aporte anímico será mayor que el de cualquier barrita.

Empiezan los nervios… No encuentro la bolsa, me paso la bici, me pongo todo en desorden. Pienso que debería haber sido más ordenado y cuidadoso, pero lo cierto es que todo estaba donde debía estar y son los nervios los que me están traicionando.
Empiezo a montar… Tengo frío y se que me espera un calvario, pero ahora estoy contento. Empieza el Ironman de verdad y aunque luego estaré machacado, voy a por todas. No me olvido de beber y alimentarme pasados unos km. No puedo olvidar que llevo una hora de natación embutido en un neopreno y eso consume muchos líquidos y energías.
Dedico los primeros pensamientos a mis amigos. Luis suele hacer tiempazos en natación y en la bici va muy fuerte también, ¿Intento forzar para cogerle y hacer la carrera juntos? No sería una buena idea… Haz tu carrera y olvídate. ¿Y Kike? Siempre estamos en un margen de uno, dos minutos en natación, así que tenemos que estar al lado. Me planteo aflojar y dejar que me de alcance, puesto que se por Sandra que delante no está. Podría ser una buena idea si realmente está a un minuto, pero es una incógnita. Va bien en bici y también tiene la información de Sandra, de modo que confío en que él apriete un poco y nos veamos. 180km juntos sería muy bueno… No sólo porque sería mucho más ameno y porque compartir el reto es bonito, si no porque la suma de los dos, aun sin drafting, es superior a la participación individual.

Van pasando los km y no nos encontramos. Dejo de pensar en ello. Ya me dará alcance en alguna subida donde el pelotón se agrupe y me vea, o en algún descenso donde con seguridad será más rápido por mis temores enfermizos al desnivel negativo.
Durante la bici tienes tiempo para pensar en muchas cosas. Casi todo el tiempo lo dedicas a hacer cálculos mentales sobre tiempos y ritmos, recordar el perfil de la prueba para ubicarte y sobretodo, a racionalizar comidas y bebidas.

Salvando los puertos, rara vez me encuentro con pelotones. Veo grupos haciendo drafting y en cierta manera me molesta. Más que nada por incomprensión. Que haya gente que a mi nivel, que se olvide que esto es una competición contra ti mismo me resulta chocante. Allá ellos…
Van pasando los kilómetros y me acuerdo de los madrugones de los sábados y de la intensidad cuasi insana de nuestras salidas para llegar pronto a casa y suplir la carencia de tiempo con la intensidad. Veo que los kilómetros hacen mella en mis piernas y solo de pensar en un maratón me entran escalofríos, pero sigo viendo a mi alrededor a las mismas personas de las últimas 3 horas, así que no debo ir mal. No fuerzo nunca, aprovecho los descensos para dejar de pedalear y trato de no forzar más de lo debido en las subidas que cada vez cuestan más. Noto la rueda de atrás frenada y si me levanto se frena del todo, pero en ese momento desacertadamente decido seguir así y centrarme en no superar el umbral de 145 pulsaciones. Pero las cuestas que normalmente no me costarían, me están matando. Mi capacidad de raciocinio es limitada, o al menos es a la conclusión a la que llegué después. Evitar la rueda frenada hubiera llevado 15 segundos a lo sumo y nunca sabré que implicaciones tuvo esta “avería” a nivel de fatiga.

Pero esto ya está hecho. El miedo a tener algún susto mecánico está ahí, pero ya no me preocupa acabar la bici, si no como voy a ser capaz de correr un maratón entero con las piernas vacías. No es necesariamente malo, porque a 30km del final ya casi das por finiquitada esta sección. Como he hecho durante el resto de la carrera, animo a los animadores. Animo a los corredores que se ponen a mi lado y eso me anima a mí.

En la primera vuelta me encontré con Sandra desgañitándose a gritos. Sentirse acompañado y apoyado te da algo mejor que alas, porque las alas pueden quebrarse. Te da la convicción y la garantía de que pase lo que pase, acabarás. No puedes decepcionarle.
Llegamos al km 180 y me quito un peso de encima tremendo. Esto está prácticamente hecho y aunque sea una idea un tanto ridícula porque lo que te queda por delante es la verdadera travesía del desierto del Ironman, al depender exclusivamente de ti mismo y no de factores técnicos, o ambientales, te da muchísima seguridad y en ese momento sonríes. Voy a por ti.
Pierdo la sonrisa tan rápido como había llegado. Me bajo de la bici y siento un dolor muy intenso. Tan solo puedo cojear. En la bici no lo había notado, pero mi lesión crónica en la cresta ilíaca me está pasando factura.

Tengo la sensación de tener las piernas absolutamente vacías y solo plantearme correr más de 5km me parece una locura, pero de momento me preocupa más el intenso dolor. Aquí es donde realmente aparece el “Ironman”. No es solo una cuestión de estar preparado físicamente, si no de ser capaz de superar los pensamientos negativos que son muchos y los dolores físicos, que son incontables.

Voy a seguir adelante. Decido meter los pensamientos negativos, junto a los dolores ahora de rodillas, de cadera y de tripa, en una caja que almacenaré en alguna parte del cerebro alejada de las funciones vitales. Ahora no tengo que echar mano de otra cosa que no sea mantener ese movimiento repetitivo durante 42km, respirar y poco más. Parece mentira pero funciona. Soy consciente de que el dolor está ahí, pero ya no es algo que me preocupe. No va conmigo. Tampoco el mensaje repetitivo que me incita a parar, que ahora apenas es un zumbido lejano. Correr, correr, correr… Soy un autómata con capacidad de procesamiento limitada. Tan solo me permito el lujo de aminorar hasta andar en los avituallamientos, porque realmente el cuerpo me pide cocacola, me pide geles, plátanos y naranjas. Si me como eso corriendo, perdería la capacidad de respirar y habíamos quedado en que solo tenía dos (correr y respirar).  
Las pequeñas metas son importantes. Además de dar un paso más, que no es poco, me centro en llegar a cada avituallamiento. Están relativamente cerca, pero llegar a cada uno parece un mundo. Vaya tortura… No entiendo como otros dicen que disfrutan de esto. Yo disfruto con la idea de enfrentarme al reto y superarlo. Es cierto que en algunos momentos te sientes bien y disfrutas de lo que se ha convertido no solo en tu afición, si no prácticamente tu única actividad extralaboral. Pero lo único que quieres es acabar de una vez… Miras tu reloj y haces tus cálculos. La cabeza no funciona muy bien y tan solo alcanzo a hacerme una idea de los tiempos que puedo hacer en base a ese ritmo y si puedo apretar, o aflojar.

Veo a Sandra cada vuelta y me anima, aunque esta vez los ánimos y la sonrisa fingida apenas alcanzan a aflorar en mi cara. Me cruzo con Luis, que lleva cara de estar disfrutando aun menos que yo. Demasiado lejos para intentar darle alcance y no me veo con ganas de forzar más el ritmo y sufrir más de la cuenta, cuando he marcado un objetivo ya ambicioso. Veo a Kike y también está lejos, o al menos lo suficientemente lejos como para no motivarme a forzar para evitar ser cogido. Con lo cual me relajo y me conformo con terminar en 10:30 que era el objetivo que alcanzaría al actual ritmo de autómata. Me planteo forzar en algún momento, pero no solo estoy para el arrastre, si no que no le encuentro sentido alguno a acabar destrozado para rebajar una cifra redonda. Lejos quedan las 10h.

Cuando quedan 12km doy la carrera por terminada. Se que ya está hecho. De nuevo puede ser absurdo pensar de esta forma, pero se que puedo mantenerme así otros 12km y que es poco probable que me ocurra nada (al menos lo pienso). No siento ilusión, ni alegría… Solo ganas de acabar ya. Nunca más volveré. Nunca más volveré. Esto es absurdo… No se si lo hago para demostrarme a mi mismo algo, para demostrar al resto, si es todo fachada, pero tengo claro que cualquier razón, es insuficiente para estar aquí haciendo esto que es claramente poco saludable, que no disfruto  y que supone tantos sacrificios para mí y para mi familia en todos los sentidos (tiempo, dinero, discusiones, etc…).

Últimos 200m. Sandra me espera ilusionadísima después de llevar 10h esperando este momento y haberse pegado el madrugón igualmente. Esto se lo debo a ella. Entramos en meta, en megafonía se oye “Gustavo… YOU ARE AN IRONMAN” y la descarga es total… No hablo de alegría, hablo de lo que debe sentir un monje cuando alcanza el estado de plenitud. Un estado zen. Hablo del camino del Samurai, cuando alcanza el grado de sabiduría que le otorga una serenidad inmesurable. De Santa Teresa de Jesús al llegar al éxtasi. De Nadal tras ganar una final de Gran slam de 5 horas. De Contador al ganar un Tour, de U2 tocando en Wembley, de… Bueno, creo que lo habréis captado. Lo has conseguido. No te queda una gota de energía en el cuerpo (de hecho no te queda hace horas), pero todas aquellas presiones, todos esos nervios de desvanecen. He vencido de nuevo al coloso. No eres nadie en comparación conmigo y eres tú quien debe temerme.

(End of part II) 

viernes, 20 de abril de 2012

"Sensations PreIM& Pre1/2IM" por Guser

Son las 4 de la mañana. No he necesitado esperar a que suene el despertador para estar en pié, lo cual es un claro indicativo de que mi aparente tranquilidad, es pura fachada.
Empiezo a ser relativamente consciente de que ha llegado el momento. Para mí es un día importante. Quizás desde fuera parezca una banalidad, pero yo he depositado muchas ilusiones e invertido muchas horas para fracasar ahora. Fracaso… ¿Qué sería para mí un fracaso? Para mí fracasar sería no haber llegado aquí, o no terminar si no es por causa mayor. Pero lo cierto es que esto no es un reto individual. Familia, amigos, conocidos… Muchos están al corriente y te acompañan en cierta medida. Todos ellos esperan que hagas algo grande, que mejores tus tiempos, que ganes a tus amigos, o tener una anécdota que contar a terceros.
Todo ello, contribuye a incrementar la presión y buscas en tu interior por esa sensación de fortaleza que por alguna razón consideras que debes sentir antes de enfrentarte a un reto físico tan importante. Pero no hay nada. No te sientes fuerte, ni flojo, solo una sensación extraña que te esfuerzas por canalizar de forma positiva.

Te disfrazas de triatleta, revisas lo revisado 100 veces antes y vuelves a revisar, con la sensación de que algo te estás dejando (y probablemente sea así…). Desayunas lo que consideras conveniente, también con dudas… es la única comida del día, ¿Estaré comiendo lo adecuado? ¿Será poco, mucho? Bebes y vuelves a beber. Son solo las 5 de la mañana pero tienes que quedar con tus amigos, e ir a la zona de boxes a preparar y revisar el material.
Hay que pasar por el baño. No es opcional, o voy ahora, o luego será un problema. Llevo pasta en la tripa de una semana y ahora un abundante desayuno… No hay forma y esto implica necesariamente pasar posteriormente por esa cabina de plástico que acumula las desgracias de otros 2000 triatletas con la misma incapacidad. Que sea como tenga que ser, pero no quiero más elementos que temer en la carrera.

Caminas hacia boxes. Literalmente miles de triatletas enfundados en sus trajes de neopreno transitan por las calles. Aun es noche prácticamente cerrada y la imagen es realmente curiosa. Gestos serios, que esconden los mismos temores y ambiciones que tú. Por alguna razón en ese momento consideras que seguramente eres el menos entrenado y con menos posibilidades, aunque tus tiempos digan lo contrario.

De nuevo nervios al encontrarte con la bici. Por favor que no haya problemas técnicos… Por Dios que no pinche… Que no se me rompa la válvula ahora… Aquí los nervios llegan a su momento álgido, porque ya no queda nada. En cualquier momento van a llamar para salir de boxes.
Te centras en recordar donde está tu bici para encontrarla después con facilidad y colocar las bolsas de la transición en algún punto donde sea difícil que se caigan. Pero tus esfuerzos son en vano. Apenas recuerdas tu nombre, como para pensar en localizar una bolsa entre 2500.
Por fin llegas a la playa, en mi caso con mis dos compañeros y amigos Luis y Kike. Compartimos los últimos comentarios de aliento y dudas acerca de la mejor posición para salir. Mis pulsaciones en reposo son de 38 y ahora están en 90. Imposible apreciar en otro escenario tanto nervio contenido bajo rictus serios que se presupone debemos mostrar los hombres de hierro. Pero ahora ya si, por fin, esos nervios comienzan a convertirse en energía positiva y si bien sigues teniendo esa misma sensación de incertidumbre, es mayor la determinación y las ganas de disfrutar de este, tu momento. Un momento que independientemente de lo que signifique para los demás, para ti implica redefinirte como persona. Si puedo con esto, podré con cualquier cosa.

PUMMM!

jueves, 19 de abril de 2012

"Cronica de los 10 k" por V de Veleti

Hemos quedado a las 8.30 y después de recoger chips, nos hemos dirigido hacia la salida.
Buena sensación estar tan alante, pero es porque había menos gente que en las típicas carreras que habéis hecho.

Outfit poco reseñable, con Trimonkey vestido de triatlon riguroso, marcando huevo. Su vergüenza no le ha permitido correr con el top sin asas y se ha decidido por la manga larga que una cuando llueve en la bici. Juanino, fiel al que parece su patrocinador, quechua, pero muy correcto. De hecho, podríamos decir que casi perfecto si comparamos su look de runner con su look de biker.
Los pies, bien de Asics y alguna de ellas, demasiado nuevas.

Nos dirigimos a la salida y ya empiezan las dudas y las mentiras de siempre. Que si voy a ver si hago 50', que se trata de llegar y entrenar y bla, bla, bla.

Nos colocamos al lado del globo de 45' y mi preocupación por los 10k de Madrid que hice hace un par de años era empezar demasiado lento por la gente y después no tener kms para recuperar.
Salimos cuesta abajo a ritmo de unos 4' y dejamos pronto atrás al globo de los 45 y Pablo va a su ritmo, probablemente pensando en lo que le dije que era lo mas importante: hacer los segundos 5 mejor que los primeros.

VaP y yo hacemos casi toda la carrera juntos. Se pone 5-10 metros por delante mio desde al km 4 al 6, pero nunca se amplia la distancia. Nos juntamos alrededor del km 6 y hacemos el resto de la carrera juntos.

Vamos apretando unas veces uno y otras veces otro, pero los dos tenemos claro que el otro no se nos va a escapar. En el 9 yo empiezo a darle vueltas a la llegada. Deberíamos llegar juntos o pelearlo como si nos fuera la vida en ello? Decido que después de toda la carrera juntos, quería que llegáramos juntos, apretando, pero no traicionando... pero también decido que si VaP me sprintaba, se iba a arrepentir.

A 300 m. de la meta, hablamos y decidimos ya en firme llegar juntos. Le digo: "Si no me la intentas hacer, no te la hago".

Al final juntos y para mi por lo menos, un una buena marca: 42'50" en 10k que no es que fueran muy duros, pero no eran llanos ni muchísimo menos.
De Pablo, solo puedo contar que ha hecho un tiempazo (46'-47'), y lo que es mejor todavía, que en carrera no ha tenido ninguno de esos dolores que tiene al entrenar.

Conclusión 1: Pablo le esta dando y va a llegar bien a Palma
Conclusión 2: la apuesta con VaP esta emocionante. Ya sabíamos que iba bien corriendo y está mas que demostrado en el maraton de Valencia, pero sigue bien. Se la va a jugar en la bici, pero si llega a la T2, llegará a la meta.
Conclusión 3: los 10 k que hecho hoy cuentan doble porque Azqueta se ha rajado.

V de Veleti.

martes, 3 de abril de 2012

Entrenamiento de Ironman: Semana 24 - Resistencia - "El plan"

Chicos,

Esta es la ultima semana antes de la semana de descanso del ciclo de “Resistencia”, y el final de los entrenamientos tal y como los conocemos hasta ahora. Las siguientes semanas, denominadas de “Competición”, son las semanas de mayor acumulación de entrenamientos, con una inalcanzable media de 14horas semanales. Esto ya les toca solo a los que harán IM este año, y por lo tanto, no tiene sentido que enviemos ningún entrenamiento. Los que quieran seguir teniendo alguna “guía”, ya tienen la hoja de Excel con todos los detalles. Para los que vamos a preparar el 70.3 de Mallorca, prepararé un entreno ad-hoc, para estas ultimas 4 semanas.

Hasta aquí hemos llegado los que hemos podido, y no son pocos los que han superado el reto de entrenar de manera consistente, con un plan, con un método y sobretodo con un objetivo. Los retos del año que viene, con suerte con algún Ironman por en medio (seremos varios los que iremos a Roth a correr el Ironman Challenge en el 2013) serán más llevaderos, porque ya sabemos la dimensión del reto.

Ahora ya sólo nos queda rezar por Juanino, y ver desde la barrera como lidia el Miura que le viene encima.

Tiempo estimado de entrenamientos de esta semana es de 9:15 horas, divididos en 2h:10m de SWIM, 5h50min de BIKE y  1h15 min de RUN:

LUNES: día de descanso, si te lo mereces.
MARTES: Carrerita en cinta, con series cortas y de potencia. 
MIERCOLES: sesión de rodillo con mucha cadencia, por encima de RPM>100 a un L4. JUEVES: SWIM muy largo, con series de (1x100; 1x200; 1x300), que se hacen muy duras, sobretodo si las haceis a L3.
VIERNES:  descanso para el fin de semana
SABADO: SWIM de 3000 m, seguidos, sin hacer ninguna parada.
DOMINGO: Brick: 130kms en bici + 5 kms de RUN. La bici tiene que ser a ritmo constante.